lunes, septiembre 25, 2006

Mientras tanto......... otra del Joaco.


Esta noche contigo.

Que no arranquen los coches,
que se detengan todas las factorías,
que la ciudad se llene de largas noches
y calles frías.

Que se enciendan las velas,
que se cierren los teatros y los hoteles,
que se queden dormidos los centinelas
en los cuarteles.

Que se mojen las balas,
que se borren las fotos de las revistas,
que se coman a besos a las colegialas
a los artistas.

Que se toque la gente,
que no lleguen los trenes a la frontera,
que sean cariñosas con los clientes
las camareras.

Porque voy a salir esta noche contigo
se quedarán sin beatas las catedrales
y seremos dos gatos al abrigo
de los portales.

Que se enfaden las flores,
que vuelven las cigüeñas al calendario,
que sufran por amores los dictadores
y los notarios.

Que se muera el olvido,
que se escondan las llaves de los juzgados,
que se acuerde Cupido de los maridos
abandonados.

Cuando llegue por fin mi mensaje
a tus manos, en la gasolinera
vieja esperaré;
y tomaremos juntos al abordaje
la carreteraque te conté.

Dejaremos colgada
la caprichosa luna sobre los cines
y las estatuas públicas derribadas
en los jardines.

Ya vuelvo............ otra vez.


¿Las razones? la imagen las explica.


Ah, y.........¡¡¡ no se vayan!!!

sábado, septiembre 16, 2006

¡¡Lo hice, otra vez!!

Por tercera vez un post del suscrito es elegido entre los mejores de la semana por AtinaChile, con más de 400 visitas en menos de 36 horas (también salió publicado en el diario electrónico Gran Valparaíso)

El post es el mismo que se publicó en este blog con fecha 14 del mes en curso y que está inmediatamente debajo de este.

Y perseverad con vuestras visitas, que sólo faltan 5 para llegar a las 3.000.

Saludos y gracias a todos.

jueves, septiembre 14, 2006

¿Quién es más violento? ¿El que lanza una bomba incendiaria o el que crea y preserva las condiciones de injusticia y discriminación social?

El pasado once de septiembre todo Chile fue testigo de la aparición, con una fuerza inusitada, de un fenómeno que se venía incubando desde hace años y del que hasta ahora había tenido y habíamos visto tímidos atisbos.

"Contra toda autoridad", reza un rayado en una de las calles de Rancagua. Y esta frase, que para muchos es sólo un rayado molesto y odioso, me dejó planteada la inquietud que detrás de ella había algo más, alguien más que un simple desadaptado. Es claro que un anarquista es, para nuestros cánones sociales, un desadaptado, pero lo que quiero destacar es que no es tan sencilla esta descripción.

La bomba incendiaria lanzada contra el Palacio de La Moneda el pasado domingo estremeció a todos quienes tenemos grabada en nuestra memoria, de manera indeleble, las imágenes del bombardeo de los golpistas y traidores el once de septiembre de 1973, rememorándonos la destrucción de nuestra verdadera democracia de entonces y las muertes que vendrían luego. A nosotros, a los jóvenes de entonces y sujetos maduros de hoy, aburguesados y temerosos de perder lo poco que tenemos, pero ¿y a los jóvenes de hoy, les ocasionó lo mismo? No lo creo.

La destrucción de casetas telefónicas, vidrieras y escaparates, los sujetos armados atacando a Carabineros ¿recordó acaso los desórdenes y enfrentamientos de hace 33 años? No, porque entonces no había el vandalismo desatado que vemos hoy y los intentos de la derecha de buscar similitudes no tienen otro referente que las imágenes y su propósito es alentar la sensación de caos, tal como hace 33 años, puesto que la mala conciencia no se le ha pasado (posiblemente no se le pase nunca)

Por lo demás ¿quiénes son estos jóvenes? ¿A quienes representan? ¿Son simples vándalos o hay detrás de su accionar algún propósito o algún mensaje que no logramos - o no queremos - decodificar? ¿El Gobierno, nuestra sociedad, se está comportando como las vírgenes necias, viviendo como si nada pasara y sin tomar las providencias necesarias para evitar un estallido social que ya se ve venir?

Da la impresión que cuando se llega a las altas esferas del poder las personas mutan sus condiciones: los que otrora oían, se vuelven sordos; los que antes veían, se vuelven ciegos; los que antes hablaban, se quedan mudos.

Hoy no hay proyecto social alguno y por tanto no hay un referente. El socialismo de ayer se ha convertido en el mejor instrumento y en la mejor opción para que los grandes capitales y las transnacionales aumenten sus ganancias e incrementen su capital; los dirigentes proletarios de entonces andan en automóviles de lujo con chofer, teléfono móvil y secretaria pagados por todos los chilenos; los descontentos de ayer lanzan a las descontroladas Fuerzas Especiales de Carabineros para acallar a los descontentos de hoy; los Ministros de Estado, contrariando la etimología del cargo, no están para servir a nadie, excepto a las empresas a las que emigrarán una vez que dejen sus cargos; los rebeldes de pelo largo de ayer, ahora se echan gomina y no salen a la calle para no despeinarse; los desfavorecidos que luchaban por emancipar a los suyos, lo único que desean actualmente es parecerse y pertenecer al grupo de quienes los desprecian (esto me recuerda mucho el libro "La Granja de los Animales", de George Orwell,........no sé porqué).

Hoy no hay proyecto social alguno, hay negocios, hay inversión, hay ganancia, pero para unos pocos, para los de siempre, más algunos advenedizos que entraron por las puertas del poder político.

Hoy no hay proyecto social alguno y, pese a que en todas partes vemos escrito que todos somos reinas y reyes, en ninguna parte se nos dice que las reinas no lavan platos ni ropa ajena y que los reyes no salen a barrer las calles.

Hoy no hay proyecto social alguno, porque a nadie le interesa verdaderamente cambiar el sistema binominal; a nadie le interesa eliminar la pobreza - lo que desean es eliminar a los pobres, que no es lo mismo -; a nadie le interesa cuidar el ambiente, porque es malo para los negocios; a nadie le interesa poner término a la corrupción; a nadie le interesa nada de nada, excepto su propio ego y su propio enriquecimiento.

Hoy no hay proyecto social alguno porque a nadie le interesa mejorar la educación, puesto que ello podría implicar dejar de recibir dinero del Estado para beneficio propio, o del socio, o del amigo o del pariente.

Y si el que no haya proyecto social alguno no es violento, ¿qué lo es?

Si el proyecto social es mantener las cosas tal como están, como parece, ¿no es esto tremendamente violento, acaso?

Ante esto, no cabe duda alguna que un descontento tan violento como el que vimos responde a la falta de esperanza o, si queremos verla desde otra perspectiva, a la existencia de una esperanza vana, derrumbada estrepitosamente, porque esta - la esperanza - brota de un acto tan humano como es el esperar algo que todavía no existe, pero que puede ser, como dice Erich Fromm; o sea, la esperanza se opone a la angustia del sin sentido, la esperanza apuesta por el futuro y la esperanza se vincula, necesariamente, con la justicia. No obstante, futuro y justicia es lo que los descontentos no ven y ni perciben en sus vidas y la angustia del sin sentido es la que los acompaña a diario.

Para los discriminados, para los marginados del progreso que se nos muestra como el paradigma de nuestro desarrollo y de nuestra evolución como sociedad sólo les queda la resistencia ante la injusticia del olvido en que esta misma sociedad los tiene sumidos.

Para nadie es un misterio que muchos chilenos, en particular aquellos de menores ingresos, viven como exiliados en su propio país, proporcionando a bajo precio brazos de trabajo para que los empresarios y las transnacionales continúen enriqueciéndose, entregando productos de exportación baratos y por tanto muy competitivos; que cuidan y limpian autos que nunca tendrán; que construyen departamentos que nunca habitarán; que pavimentan calles por las que jamás conducirán su propio vehículo; que deben hacer infinitas peregrinaciones para obtener la migaja de una atención médica; que venden ropas que nunca usarán; que concurren a liceos y escuelas sin tener donde sentarse, sin tener donde orinar - aunque se lluevan por todas partes -, sin tener con qué escribir y sin tener con qué estudiar; que nunca saldrán de la espiral de pobreza en que han nacido porque el sistema educacional y laboral está organizado para mantener un sistema de castas sociales; y así, pues la lista es larga, ya que los que protestan son los postergados, los hijos de la posmodernidad, los nacidos bajo el concepto de globalización en que nuestro país se ha alineado e insertado, convirtiéndose, a su vez, en una especie de hijo pródigo del sistema, pero, de paso, en un pésimo padre, que descuida a sus hijos más desamparados y protege y engorda a los que más tienen y comen.

Así las cosas, ¿nos extrañan todavía estos actos de violencia?

Dejo especial constancia que no estoy justificándolos, sino que sólo intento explicarme la razón de tanta ira desatada, de tanto acto aparentemente sin sentido y en esto está precisamente la clave de la trampa en que se nos pretende hacer caer puesto que ¿quien es más violento? ¿El que desarrolla las condiciones, o el que protesta porque ellas existen?

Quienes vivimos el frustrado proceso de emancipación social de la Unidad Popular sabemos que la vida es perfectamente vivible sin televisión, sin teléfonos móviles, sin automóviles, sin ropa de marca, sin ninguno de esos lujos; en fin, sin consumo desenfrenado y por ello captamos que algo no anda bien cuando detrás del mensaje publicitario se huele la discriminación, la pérdida de ideales, la falta de solidaridad y el hedonismo más radical y los jóvenes marginados también captan lo mismo y, peor aún, lo sufren, porque nacieron en una sociedad que transmite a diario su mensaje publicitario discriminatorio, sin ideales, insolidario y hedonista de que el éxito tiene que ver con la cantidad y calidad de televisores que se posea; con el tipo de teléfono móvil que se tenga - con cámara, conexión Wap y MP3, de preferencia -; con el tipo de automóvil que se conduce, ojalá deportivo; con la ropa de marca que se viste, de marca y no con genéricos chinos.

Por tanto, los que protestan no son los jóvenes sin problemas, insertados firmemente en la actual sociedad de consumo y educados en colegios particulares, sino quienes miran el festín desde afuera, desde atrás de las rejas; los que protestan son quienes tienen como destino ser la fuerza de trabajo mal pagada para que otros engorden sus bolsillos, como lo son sus padres y como lo fueron sus abuelos; los que protestan son los que destilan su ocio y su odio desde el aljibe de la falta de educación; los que protestan son los desesperanzados, los ignorados, los olvidados.

Pero los jóvenes de las protestas tienen el mérito de hacernos preguntar el porqué de sus actos; tienen la actitud del tábano, que no nos deja dormir en los laureles, y nos recuerdan que lo que estamos construyendo es una sociedad que se sume en la desesperanza, que ciega los proyectos en común, que bloquea la participación política, que siembra la desconfianza, que olvida a las personas, contrifugándolas a una despiadada lucha de unas contra otros por los intereses más mezquinos que se puedan imaginar, porque digámoslo ya: la democracia en Chile, secuestrada el once de septiembre de 1973, aún no ha sido liberada, porque la democracia, como sistema político, se ubica entre la factibilidad de las condiciones políticas y los ideales de justicia y esto último es, precisamente, lo que se echa de menos, esto último es lo que falta y enardece a los jóvenes.

Estamos sucumbiendo, como sociedad, a la injusticia del olvido, a la falta de compasión y nos hemos ido a vivir al barrio de la indiferencia, por eso, en vez de escandalizarnos por lo que otros hacen, mejor escandalicemos por lo que NO hacemos, pues es imperativo - si queremos de verdad evitar el estallido social que se ve venir - darle un sentido moral al desarrollo, hacerlo justo - para todos y no para algunos - y hacer posible la esperanza, abriendo ventanas en las paredes de la obscuridad del sistema económico que nos asfixia y que muchos se esmeran en preservar.

viernes, septiembre 08, 2006

Este domingo sale Fernando Alonso..............


............ a romperle la ambición a Dirty Schumi, que tendrá que verle, una vez más, sólo la cola a esta maravilla de auto.

jueves, septiembre 07, 2006

La iglesia católica pretende endosarle al Gobierno sus propias faltas.

La iglesia católica ha emitido hoy una declaración en la cual expresa su "profunda decepción" respecto de la decisión del Gobierno de entregar la píldora de levonorgestrel a quienes lo soliciten, incluidas las menores de catorce años, agregando de manera insolente que la determinación "recuerda a políticas públicas fijadas en regímenes totalitarios que pretendían desde el Estado regular la vida íntima de las personas".

Por cierto que para hablar y para comer pescado hay que tener, como dice el adagio, mucho cuidado porque no es el Gobierno ni es el Estado quienes pretenden regular la vida íntima de las personas, ya que a nadie obligan a pedir o a tomar la píldora, sino que es la iglesia católica la que pretende, desde un lugar que no le corresponde, dictar para todo el pueblo de Chile normas que sólo son aplicables a los católicos y eso.............. porque ni siquiera los católicos las acatan.

Sabemos que la separación de la iglesia y del Estado - gracias al brazo político de aquella y a sus intereses - es casi letra muerta en Chile, pero también sabemos que no es el segundo quien se aprovecha de las múltiples prebendas económicas, legales y de todo tipo que recibe con el aporte de todos los chilenos para "regular la vida íntima de las personas" y hacer un abierto y descarado proselitismo a favor suyo. En efecto, muchas de las instituciones de beneficencia de la iglesia católica reciben aportes no menores del Estado para realizar su labor - labor cuyo propósito encomiable no está en discusión -, pero no es propio que con esos aportes que recibe haga proselitismo religioso ¿o ustedes creen que a cambio del beneficio que reciben a los niños, a los ancianos y a los menesterosos no los hacen rezar en los centro de ayuda y no los obligan a escuchar las monsergas del cura?

¿Quién es la que pretende "regular la vida íntima de las personas", fijándole parámetros morales respecto de la planificación familiar? ¿Es el Estado, acaso?

La iglesia se ha opuesto sistemáticamente al uso del condón y a cualquier método de control de la natalidad, pero nunca, ni en Chile, ni en el Vaticano, ni en ninguna parte del mundo ha desmentido la denuncia del periodista David Yallop respecto de que, paralelamente con la dictación de Encíclicas respecto del tema, era accionista mayoritaria de industrias que fabricaban pastillas anticonceptivas. De hecho, basta con echar una mirada a la historia reciente para comprobar que la sede mundial del catolicismo apostólico romano es un hervidero de intereses, intrigas, secretos, conspiraciones y muertes extrañas, así como campo de batalla de distintas sociedades secretas y sectas infiltradas.

Pero no nos vayamos por las ramas: Chile, constitucionalmente, y por vocación de su gente, es un Estado laico y debe seguir siéndolo, por ello es inaceptable que la iglesia católica pretenda dictar las leyes, resolver reglamentos y aplicar políticas públicas y, además, acusar al Gobierno y al Estado de Chile, pretendiendo, de paso, endosarle sus propias faltas.

La iglesia, ¡¡a sus iglesias!!, o sea, pastelero, a tus pasteles.

Y como dijo Nicanor Parra, ese viejo lindo: la libertad es libre, ¡¡viva el dieciocho!!

A Blair se le desgrana el choclo.............


En efecto, como expresión de protesta contra esta joyita, ayer renunciaron seis miembros de su gabinete por la negativa del Primer Ministro de fijar una fecha para su salida del poder.

Y a continuación, algunas caricaturas de este paladín de la tercera vía al socialismo, que es la primera forma de ayudar a enriquecer más a los grandes empresarios y capitalistas, como ya lo vimos en nuestro país.























miércoles, septiembre 06, 2006

Frente a la distribución de la píldora de levonorgrestel, la misma actitud hipócrita y santurrona que frente al condón.

En Chile, durante el año 2004, nacieron vivos más de 34.000 entre niñas y niños, todos hijos de madres de entre 15 y 19 años de edad y, de acuerdo con cifras de la encuesta Casen, el 74% de ellas pertenece a los dos quintiles de menores ingresos.

Lo anterior demuestra que el embarazo adolescente se ha convertido en un problema de salud pública importante, debido, básicamente, a que son las condiciones socioculturales las que han determinado un aumento considerable en su prevalencia, aconteciendo, como se aprecia en la encuesta Casen, con mayor frecuencia en sectores socioeconómicos más disminuidos, aunque, de hecho, se presenta en todos los estratos económicos de la sociedad.

Se estima que en los países en desarrollo aproximadamente el 20% a 60% de los embarazos son no deseados, y que los adolescentes generalmente tienen escasa información sobre el correcto uso de medidas anticonceptivas y sobre la fertilidad. Las pacientes adolescentes embarazadas sufren posteriormente problemas de tipo socioeconómicos, determinados por una menor educación, mayor dificultad para conseguir empleo, generalmente el abandono de su pareja y finalmente mayor pobreza en la población. En este último punto es interesante destacar que el nivel de escolaridad es inferior al de la población general, con elevados índices de deserción escolar antes y después del período de gestación, mientras que, en un estudio a nivel nacional, se determinó que el 47% de las adolescentes estudiaba al momento de la concepción.

Por ello no deja de resultar sorprendente que algunos políticos, una vez más, den el triste e indignate espectáculo de demostrar su más absoluta ignorancia respecto de temas y asuntos social y humanamente importantes porque ante la acertada decisión del gobierno de entregar la píldora de levonorgrestrel, que pretende revertir o disminuir el embarazo adolescente - que en los estratos de menores ingresos, alcanza al 20,6 %, mientras que sólo el 2,7 % ocurre en los estratos de mayores recursos -, han levantado una bandera de lucha éticamente inaceptable.

Por supuesto, detrás de esta verdadera campaña moralista están los mismos sectores conservadores y recalcitrantes de siempre y la mano política de la iglesia católica, que prefieren llenar el país de jóvenes sin esperanza ni futuro antes de colaborar en campañas que apuntan a lo contrario.

Cuando hay más de 34.000 niños nacidos vivos, sin contar los fallecidos durante el embarazo y los abortados, ¿cómo pueden hablar de que la entrega de la píldora favorecerá un aumento en las relaciones sexuales de los jóvenes? ¿Acaso estas cifra les parece poco? ¿Les parece poco los miles de abortos adolescentes, en particular los realizados en los estratos económicos altos, que pueden costearlos? Reclaman incluso por el riesgo de aumento del SIDA y ¿ahora les entra esa preocupación? ¿Por qué no han apoyado entonces las campañas de uso del condón?

Sin duda alguna, su actitud pobre y egoísta se parece a la de aquellos tipos que creen que su hija adolescente sólo juega a las muñecas, mientras que cuando sale, lo único que hace es tirar con el pololo. O sea, es como pensar que si no hablamos de la ley de gravedad, los aviones no se caerán nunca.

En todo caso, a los políticos mencionados les sugiero leer este artículo de la
revista Chilena de obstetricia y ginecología, para que, sin escuchar a su confesor, se informen un poco y no hablen las mismas leseras que hablaron respecto del puente sobre el canal Chacao.

martes, septiembre 05, 2006

La fábula de las vacas gordas del Ministro Velasco versus la Campaña Solidaria "Un Niño, una cama. Camas para mi país"

Que Chile es un país de contrates, a nadie le cabe duda alguna, el problema es que cuando habla de esto muchos piensan que dicho contraste está en la confrontación visual de los paisajes del norte con los del sur, de la Antártica con Isla de Pascua, del pampino con el ovejero magallánico, del desierto con la poca selva que va quedando, sin reparar - o sin querer hacerlo en serio - en la grave condición social y económica en que viven miles de nuestros compatriotas frente al Chile de fábula en que creen vivir los políticos y la élite de privilegiados, que ven el mundo de otro color, de otro tamaño y con otro olor.

En efecto, Andrés Velasco Brañes, Ministro de Hacienda del actual Gobierno, se ha mostrado reticente a incrementar el gasto por el mayor ingreso que ha tenido el Fisco de Chile como consecuencia del mayor precio del cobre, aduciendo que hay que guardar recursos "para el tiempo de las vacas flacas" y la pregunta cae de cajón: ¿en qué momento llegaron las vacas gordas para los chilenos? No, por supuesto, para los chilenos dueños de los grandes capitales - que lo duplicaron durante el período de Ricardo Lagos Escobar -, sino para el tipo y la mujer común y corriente, como usted y como yo, y quizás ni siquiera eso, sino para los pobladores a los que se les entrega casas indignas de nueve y doce metros cuadrados; para los chilenos de los campamentos, que son trasladados a departamentos sin terminar, sin agua, sin luz, sin escaleras para el segundo piso; para los que deben esperar años por una operación - pese al Plan Auge -; para las trabajadoras que deben usar pañales para poder cumplir con sus horarios de trabajo sin moverse de su lugar; para los trabajadores de la industria del salmón, que ganan sueldos miserables y trabajan jornadas extenuantes sin obtener ninguna retribución; para los habitantes de los sectores periféricos de Santiago, a los que se les entrega un Metro sin escaleras eléctricas, con andenes estrechos y con las líneas de los trenes en superficie, afeando el paisaje y contaminando el ambiente; para los pescadores, que ven - o verán - contaminadas sus caletas por los desechos tóxicos de empresas como Celco; para los miles de cotizantes de Isapres, que se ven timados impunemente por estas multinacionales; para los miles de estudiantes que deben educarse en establecimientos en donde no hay un baño decente en donde hacer sus más básicas necesidades (ni hablar de un PC o de otro recurso); para los millones de usuarios de teléfonos móviles, que pagan caro por un servicio malo; por los miles de cotizantes de las AFP, que no tendrán una jubilación decente, pese a la garantía del Estado; y así, sumando y siguiendo, podríamos llenar varias páginas con casos similares.

Y dentro de este motivante y esperanzador panorama nos encontramos con el lanzamiento de la Campaña Solidaria "Un Niño, una cama. Camas para mi país", con la presencia de la mismísima Presidente de La República. Y otra vez la pregunta de cajón ¿es que no existen en Chile los recursos para solventar este mueble tan básico?

- No, pues - me respondería el Ministro Andrés Velasco Brañes - no existen.

¿No, no existen? Entonces, si no existen, ¿por qué el Estado de Chile condonó casi US$ 26 millones por concepto de intereses adeudados sobre la multa a los ex ejecutivos de Enersis, con la anuencia del nada generoso Ministro de Hacienda de la época, don Nicolás Eyzaguirre Guzmán?

Si no hay recursos, ¿por qué el Estado de Chile fue tan generoso durante el Gobierno de don Ricardo lagos Escobar, con la Exxon, que producto de la venta de Disputada a Minera Angloamerican debía pagar alrededor de US$ 300 millones en impuestos y que la llegada del segundo hombre de la transnacional a Chile hizo posible una reducción de US$ 270 millones a favor del consorcio extranjero?

Si no hay recursos, ¿por qué la empresa Disputada de Las Condes, que merced al inteligente expediente de declarar en forma sistemática sólo pérdidas no pagó nunca impuestos a lo largo de 30 años y se fue del país - sin que nadie chistara mucho - pagando apenas US$ 30 millones, es decir, un millón de dólares por año, por los casi seis millones de toneladas de cobre fino que sacó del país durante ese tiempo?

Si no hay recursos ¿Por qué entonces el Estado de Chile el año 2.000 le condonó deudas tributarias a Lan Chile, al Grupo Matte, al Grupo Vial, al Grupo Luksic y a otros por un valor de casi US$ 298 millones?

Y si les condona deudas tributarias a las transnacionales y a los grandes grupos económicos, ¿por qué no hace lo mismo con las miles de pequeñas y medianas empresas que están ahogadas por misma causa y que, en total, no adeudan ni la cuarta parte de aquellos?

Pero no nos vayamos por las ramas, porque el cuento es muuuuuuuuuuuuy sencillo: si el Estado de Chile no hubiese hecho tales condonaciones - sin contar las que no se citan aquí - se podrían haber comprado más de cuatro millones - sí, leyó bien, más de 4.000.000 - de camas de $ 100.000 cada una y nos habríamos ahorrado el triste espectáculo de ver la cara triste de un niño mirándonos desde un cartel o el gigantesco letrero que cuelga de uno de los costados del Banco Estado, como se llama ahora, llamando a la ciudadanía a ayudar, mientras que, paralelamente, realiza cobros abusivos contra los mismos pequeños ahorrantes a los que estaba llamado a ayudar.

Esta campaña se enmarca en lo que se conoce como filantropía, esa malsana y obscura práctica destinada a calmar la mala conciencia de muchos, como la de los empresarios que concurren a la Cena de Pan y Vino a entregar su aporte en dinero y que es el mismo dinero obtenido explotando a los trabajadores, contaminando el ambiente, evadiendo impuestos o recibiendo el beneficio de su condonación y que tiene el mismo gesto perverso de incrementar el I.V.A. para que los más pobres financien ellos mismos los planes de ayuda social que el Gobierno implementa.

Lo malo - lo muy malo - de todo esto es que, viéndolo todo, como en el poema de Pezoa Véliz, "tras la paletada, nadie dijo nada".